
#Escritor y #periodista #chileno, #Luis_Harss es conocido principalmente por su labor de #crónica y #crítica #literaria durante los años 60 del siglo XX, siendo, quizás, el primer descubridor de lo que más adelante se conocería como el #boom_latinoamericano.
Harss publicó en 1966 « Los nuestros », libro donde destacaba a varios escritores como #Juan_Rulfo, #Onetti, #Vargas_Llosa o #García_Márquez, entre otros.
http://www.lecturalia.com/autor/15799/luis-harss

El crítico Luis Harss (nacido en 1936 en Chile, criado en Argentina y emigrado luego a Estados Unidos) contribuyó, casi sin proponérselo, a la consolidación del boom de la literatura latinoamericana como fenómeno literario, editorial y comercial. En noviembre de 1966 publicó el libro Los nuestros, cuya edición en inglés, Into the Mainstream, había aparecido pocos meses antes. En él trazó semblanzas críticas de los principales escritores latinoamericanos de ese momento, en las que utilizó materiales de las entrevistas que sostuvo con ellos. La lista de autores incluidos en el libro es imponente: Alejo Carpentier, Miguel Ángel Asturias, Jorge Luis Borges, João Guimaraes Rosa, Juan Carlos Onetti, Juan Rulfo y, entre los más jóvenes, Julio Cortázar, Carlos Fuentes, Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa. Tres de ellos obtendrían el premio Nobel y varios son considerados clásicos de la literatura en español. Todo empezó, según él mismo ha relatado, casi al azar: descubrió a Cortázar por recomendación de un amigo, y luego un editor norteamericano le sugirió que hiciera un libro de entrevistas con autores latinoamericanos. Sea por su buena estrella o por un agudo olfato, Harss incluyó en su libro a los cuatro autores más importantes del boom. El libro, publicado por Sudamericana en Buenos Aires, tuvo nueve ediciones entre 1966 y 1981. A raíz de esa publicación, dijo Tomás Eloy Martínez, Harss se convirtió en “el más famoso e influyente cronista de la literatura latinoamericana”. Hay quienes le atribuyen la invención del término (boom) que terminó identificando ese momento irrepetible de producción y difusión de la literatura hispanoamericana.
Vargas Llosa no está entre los escritores más admirados por Harss. A nivel personal tampoco hubo mucha empatía, como sí la hubo, por ejemplo, con Cortázar (que fue “con quien más me reí y con quien más me entendí”, como recordó Harss en una entrevista con los lectores de El País en 2012 con ocasión de la reedición de su libro de 1966). En un texto de 1977 Harss cuenta que las opiniones de Vargas Llosa sobre literatura lo desconcertaron tanto que olvidó encender la grabadora, por lo que tuvo que pedirle una segunda entrevista en la cual Vargas Llosa repitió, con asombrosa fidelidad, todo lo que había dicho en la primera. Con todo, en el libro de 1966 subrayó la capacidad de trabajo y devoción por la literatura de Vargas Llosa, a quien “lo distinguía, además del talento, la dedicación. Era un inspirado que parecía haber nacido bajo una lengua de fuego, con una varilla mágica. Tenía fuerza, fe, y la verdadera furia creadora. La fama le había llegado rápido, pero se la había ganado honradamente, y no la desmerecería” (p. 420).
Harss dedicó encendidos elogios a La casa verde, “un poema sinfónico en escala cromática que experimenta y se impone en casi todos los planos” (p. 420); “una de las tres o cuatro novelas más acabadas de la literatura latinoamericana” (p. 446), pero no fue tan generoso con La ciudad y los perros. Cuestionó lo que él llamó “los medios de seducción” del autor, es decir, los alardes técnicos (“las escenas retrospectivas, los monólogos interiores, los cambios de enfoque”) que no siempre funcionaban bien (p. 435). “Tanta elaboración”, apuntó, corría el riesgo de tornarse “intrusiva” pues “exige una atención por parte del lector que es casi agobiante” (pp. 439-440). Más aún, esos “pequeños artificios” parecían ser el resultado de “una falta de motivación [más] profunda en los personajes” (p. 436). En el prólogo del libro Harss emitió un juicio rotundo: “Vargas Llosa, aunque experimenta brillantemente con las formas de la novela, no se aparta mucho del fondo tradicional” (p. 50). Para él, Cortázar era la vanguardia; Vargas Llosa, siendo el más joven del boom, se emparentaba más con la vieja guardia.
Años después, en 1977, Harss escribió un breve texto sobre Vargas Llosa, “The City Boy”, incluido en un número especial de la revista Texas Studies in Literature and Language dedicado al novelista. Allí Harss volvió sobre las reservas que le había generado La ciudad y los perros luego de su primera lectura: “La novela me pareció poderosa pero también, en cierto modo, simplona”. La noticia de que el libro había sido prohibido y quemado en Lima, dice Harss, lo tomó por sorpresa, pues a él le parecía una novela “alejada de cualquier contexto político o social, una especie de cuento de hadas negro, mucho más cerca, incluso en su violencia, al romance que a esa suerte de ‘realismo’ documental que sus premisas naturalistas implicaban”.
En el texto de Harss aparece un dato curioso: según él, en 1965, en París, la esposa de un “conocido escritor argentino” que también vivía en la capital francesa le dijo, en un momento de irritación, que la obra de Vargas Llosa “estaba bien para un escritor de un país subdesarrollado”. Si recordamos que fue Julio Cortázar quien le habló a Harss por primera vez de Vargas Llosa y lo puso en contacto con él en París (“hay otro tipo, acá a la vuelta, que se llama Mario Vargas Llosa… es un excelente escritor”), no sería descabellado concluir que ese juicio despectivo sobre Vargas Llosa lo pronunció Aurora Bernárdez, por entonces casada con Cortázar, quienes se habían convertido ya en amigos cercanos del escritor peruano. Por supuesto, no es más que una especulación mía. Además, no hay manera de discernir si efectivamente ocurrió así o Harss sazonó el comentario con algún matiz de su propia cosecha.
Reproduzco los párrafos dedicados a La ciudad y los perros en el artículo de Harss. Quienes quieran leer el texto completo pueden hacer click aquí.
My struggle with Vargas Llosa began in 1965, with La ciudad y los perros. We both lived in Paris; we met in his two rumpled rooms near the Odeon to tape an interview. He wore a dark mustache, had slightly buck teeth, seemed rather dour. A kind of shadow came with him. The wife of a well-known Argentine writer also living in Paris at the time had, in a peevish moment, dismissed his work as “fine for a writer from an underdeveloped country.” I knew that La ciudad y los perros had won some kind of prize in Spain. I had mixed feelings about it (those were the early days of the “boom”). The mechanics annoyed me; I thought they were an ostentatious display of faddish “technique.” I had heard, somewhere, that Vargas Llosa wrote “straight” and then split up his episodes and jumbled them (as if that made any difference). Then there was his rather unexpected rehabilitation of dog-eat-dog Naturalism. I thought -being the survivor of a tough though nonmilitary boarding school myself-that it was a terror tactic disguising a childish shock at the fact of human cruelty. As in Los jefes ( whose title inevitably recalled Sartre’s “Enfance d’un chef”), I though I detected a nostalgic glorification, and even an aesthetic, of the gang code. In a word, I suppose I found the novel powerful but in some ways rather silly. I couldn’t get upset, for instance, over adolescents torturing sick dogs or raping chickens (in my school it was sheep). The characters, in spite of their tough stance, seemed basically sentimentalized (and I think there remains this soft core in Vargas Llosa’s work). Further, they were drawn along such simple lines as to be mere walking puppets on the one hand, verbal ectoplasms on the other. In short, the powers and complexities of the novel were in the shuffling and counterpointing of scenes rather than in dramatic structure. It seemed a therapeutic novel, an elaborate working out of personal traumas in slice-of-life disguise. Finally, there was the balancing act of the Epilogue, at once an empty spin-off and a wrapping up of loose ends. By then, for me at any rate, the law of diminishing returns had set in. Once I knew what was going on and who everyone was, I lost interest. Suspended literary space without dramatic progression, however it might purport to reflect a static social structure, did not work for me. It all, somehow, “came off” too neatly, in a collage of voices that led nowhere, because any part was equal to the whole. Even the creative energies of language were limited by an acceptance of its rhetorical patterns. The demons turned out to be childhood story ghosts. The predictable and rather dull human psychologies seemed mere conventions.
When I heard of the book being banned and even burned in Lima, I was surprised. To me it seemed to evolve in its own fantastic circle, quite detached from any political or social context, as a sort of black fairy tale, much closer, even in its violence, to romance than to the kind of documentary “realism” implied in its Naturalistic premises. I found the author, in a sense, like his work: driven but at the same time coolly organized in a world of tastes and opinions that buttressed him in his obsessions. His fanciful theory of the rise of the novel from the garbage of history (and the novelist as carrion eater feeding on the corpse of decaying society); his love of chivalric romance and distrust of humor (I remember his disapproval when I ventured the opinion that Dostoyevsky was a humorist); his melodramatic (and mechanistic) conception of human behavior, all disconcerted me so much that I forgot to tum on the tape recorder while he talked and had to ask for an other session in which, according to my notes, he went over exactly the same ground, in a surprising repetition of opinions as neatly articulated -and uttered in the same dramatic whispers- the second time as the first.


Nota.- Las citas del libro de Harss, Los nuestros, utilizadas en esta nota, corresponden a la edición original de 1966. El libro fue reeditado en 2012 por Alfaguara, y el autor introdujo “unos cortes y algunas correcciones de estilo” que, en algunos casos, matizan significativamente los juicios emitidos originalmente. Incluyo aquí, para ilustración del lector, el cotejo comparativo de esas citas en las ediciones de 1966 y 2012:
1966: “Vargas Llosa, aunque experimenta brillantemente con las formas de la novela, no se aparta mucho del fondo tradicional” (p. 50)
2012: “Vargas Llosa, aunque experimenta brillantemente con las formas de la novela, es un tradicionalista” (p. 45).
1966: “lo distinguía, además del talento, la dedicación. Era un inspirado que parecía haber nacido bajo una lengua de fuego, con una varilla mágica. Tenía fuerza, fe, y la verdadera furia creadora. La fama le había llegado rápido, pero se la había ganado honradamente, y no la desmerecería” (p. 420).
2012: “lo distinguía, además del talento, la dedicación. Era un inspirado que parecía haber nacido bajo una lengua de fuego. Tenía fuerza, fe y la verdadera furia creadora. La fama le había llegado rápido, pero se la había ganado honradamente” (p. 363).
1966: [sobre La casa verde]: “un poema sinfónico en escala cromática que experimenta y se impone en casi todos los planos” (p. 420)
2012: “un poema sinfónico que experimenta y se impone en casi todos los planos” (p. 363).
1966: [sobre La casa verde]: “con la Rayuela de Cortázar y el Grande sertão: veredas de Guimarães Rosa, es una de las tres o cuatro novelas más acabadas de la literatura latinoamericana” (p. 446)
2012: Se eliminó toda la frase y se agregó esta: “Es el modelo de la novela totalizadora” (p. 385).
1966: “los medios de seducción” (p. 435)
2012: “son formas de inmersión” (p. 376).
1966: “las escenas retrospectivas, los monólogos interiores, los cambios de enfoque” (p. 435)
2012: “los flashbacks, los monólogos interiores, los abruptos cambios de tiempo y lugar” (p. 376).
1966: “Tanta elaboración”, apuntó, corría el riesgo de tornarse “intrusiva” pues “exige una atención por parte del lector que es casi agobiante” (pp. 439-440).
2012: “Los mecanismos no son invisibles, a veces atraen demasiado la atención. Y exigen también demasiada atención, agobian” (p. 379).
La ciudad y los perros. Biografía de una novela
Luis Harss y La ciudad y los perros
Posted on by caguirre@uoregon.edu
https://blogs.uoregon.edu/lcylp/2016/03/10/luis-harss-y-la-ciudad-y-los-perros/
ENTREVISTA DIGITAL
Entrevista con Luis Harss, escritor

El escritor chileno, autor de ‘Los nuestros’ (Alfaguara), donde entrevistó en 1966 a los escritores clave del boom latinoamericano, charlará con los lectores dentro del especial 50 años del Boom.

https://www.infobae.com/america/cultura-america/2019/07/02/xavi-ayen-vargas-llosa-siempre-fue-cercano-garcia-marquez-parecia-estar-en-lo-alto-de-una-montana-en-un-castillo-y-rodeado-de-soldados/
1Alex Ceball13/11/2012 06:00:56
Luis, hola. ¿Me podrías decir con cuál de todos los escritores claves del boom, fue con el que más te reiste? Muchísimas gracias.
Creo que con quien más me reí y con quien más me entendí fue con Cortázar. Me asombró ver que en una generación más que la mía la Argentina no había cambiado tanto. Compartíamos sentido del humor, y nos entendimos muy bien. Un saludo, amigo.
2Maricarmen Treviño @ marimaroma en twitter13/11/2012 06:03:35
Pocas mujeres escritoras del boom latinoamericano, resultado de la inequidad en el acceso a publicar?
Es un tema bastante complicado… Cuando escribí el libro no busqué ni hombres ni mujeres, simplemente libros. En esa época había excelentes poetas y también mujeres que escribían muy buenos cuentos, pero yo no conocí ninguna mujer novelista que estuviese al nivel de los autores del boom. Personalemte soy un gran amante de las escritoras novelistas, y creo que es más una cuestión social que personal.
3antonio seguel13/11/2012 06:05:47
¿Fue ese boom, una cercanía con la realidad latinoamericana o una postura intelectual que los protegió del desastre posterior?
Fue una acticud vital de época, un acercamiento mucho más íntimo a la realidad, un descubrimiento de la intelectualidad latinoamericana. No sé a qué refiere con el desastre posterior, lo siento. La postura intelectual viene después, cuando aparece la crítica y el ensayo.
4Klingsor13/11/2012 06:07:01
¿De verdad fue decisiva la actuación de Carmen Balcells en el Boom?
Fue muy decisiva, desde el primer momento ella manejó a buena cantidad de estos escritores, los promovió… Incluso hace poco leí que a Vargas Llosa le hizo un préstamo para que pudiera seguir escribiendo. Luego hubo una especie de monopolio donde ella decidía quién era y quién no era, y eso no me gustó tanto…
5Klingsor13/11/2012 06:08:53
Una vez escuché a Jorge Volpi decir que el Nobel a García Márquez fue muy temprano y a Vargas Llosa muy tardío. ¿Está de acuerdo?
No, para mí eso no tiene sentido. Los dos empezaron a publicar muy jóvenes. En cuanto a fama, es cierto que García Márquez, cuando publicó ‘Cien años…’ se convirtió en un inmortal. Vargas Llosa es posible que tardase más en ser reconocido, pero igual da el momento, ¿no?
6Rafa Maldonado13/11/2012 06:11:34
Buenas tardes, señor Harss. ¿Es cierto que no le congenió con Alejo Carpentier, que era muy seco? Mójese, por favor, y dígame quién es su favorito. Un saludo y gracias.
Se puede decir que Carpentier pertenecía a esa raza de escritores que se consideraban a sí mismos como eminencias por su posición política y social. Esa época terminó, y los escritores más jóvenes son más escritores, más humildes. Yo congenié relativamente con varios. Pero personalmente, el que más me animó fue Cortázar, quizás por las cosas en común que teníamos como porteños a pèsar de la diferencia de generaciones. E más simpático, contador de historias, chistes, fue García Márquez.
7Ernesto Franco R13/11/2012 06:13:55
Con qué obra comienza y con cual termina el boom?
Es una pregunta que realmente no se puede contestar. Hay una confusión entre el ‘boom’ y la nueva novela. El ‘boom’ es, en parte literario y en parte una especie de toma de conciencia de que Latinoamérica estaba haciendo algo importante. Pero el momento culminante fue hacia el año , cuando una serie de escritores habían alcanzado un punto crítico. No puedo dar fecha de cuándo comienza, porque no comienza con obras, sino con un sentimiento sociocultural.
8Jorge13/11/2012 06:16:15
Buenos días Luis, De chileno a chileno, ¿quién le parece es el mejor novelista chileno?? Un saludo cordial.
No estoy demasiado al día, pero diría que probablemente es Roberto Bolaño. Fue un escritor muy curioso, que en realidad escribió poesía en prosa. Y es un descendiente de Cortázar en su sentido del humor, de los absurdo. Pero en el momento del ‘boom’, siempre se citaba a José Donoso, aunque personalmente no era mi favorito.
9Marcelo13/11/2012 06:18:15
En algunos sitios del ciberespacio se dice que usted es argentino, y en otros que nació en Vaparaíso, Chile. ¿Cuál es la verdad?
Las dos cosas son ciertas, nacía en Valparaíso, Chile, crecí en Argentina, y ahora vivo en EE UU y soy norteamericano también. Además mi madre era Nicaragua, y también tuve pasaporte nicaragüense. Pero realmente nunca me he considerado chileno, porque no me crié ahí ni tuve nunca documentos chilenos (salvo la partida de nacimiento). Una cosa rara, ¿verdad?
10Ignacio13/11/2012 06:20:25
¿Por qué José Donoso no se le considera un autor vital en el Boom?
Él escribió un libro que creo que se llamaba ‘Historia personal del ‘boom’, y desde que lo publicó se le empezó a incluir. Quienes yo escogí eran escritores que respondían a un criterio: que fueran renovadores del lenguaje, y para mí Donoso no entraba en esa categoría. Pero eso son cuestiones personales…
11Casandra13/11/2012 06:22:48
Qué cambios son notables en las novelas hispanoamericanas actuales con respecto a las publicadas en la década del 60.
No estoy demasiado actualizado. Después de los hubo una gran proliferación de escritores Latinoamericanos. Donde antes había muchos escritores mediocres, aparecieron muchos escritores de muy buen ver. Personalmente puede haber dos o tres escritores que me hayan llamado la atención, pero hay demasiada gente para mencionar, cada uno con su camino y su personalidad literaria.
12tejedor gilberto13/11/2012 06:24:49
¿No ha pensado en actualizar Los Nuestros que fue guía y norte de nuestra exploración de los autores del boum?
No, porque ‘Los nuestros’ fue, no solo un momento cultural Iberoamericano, sino también un momento intelectual mío en que yo estaba disponible para hacer esa selección. Es curioso que en ese momento del llamado ‘boom’ los escritores, las editoriales, y en mi caso una disponibilidad que coincidió con todos esos factores. Pero yo no me identifico con ese libro ni con esos escritores. Es algo que hice en ese momento puntual.
13Óscar13/11/2012 06:27:21
Buenas tardes señor Harss. ¿Cree usted que la influencia de Faulkner ha sido realmente aceptada por los ecritores del boom? Gracias.
Creo que sí. Faulkner fue una influencia que se sintió en todo el mundo, fue muy inspirador, no solo por los temas « tropicales », sino también por su técnica. Digamos que Faulkner trajo al escritor y al lector, en una forma más accesible, mucho de los instrumentos de Joyce, que eran tan inaccesibles a veces. Onetti dijo una vez que su mejor obra era la traducción de un cuento de Faulkner.
14Zagal13/11/2012 06:30:39
¿No cree que mucha de la novela latinoamericana está escrita desde la perspectiva de la clase privilegiada? ¿Es imposible en Latinoamérica una novela de la clase media, al estilo anglosajón?
A mí no me gusta lo de « clase privilegiada », porque conlleva un matiz político. Pero es cierto que esas novelas casi siempre son escritas por una gente que tiene una clase más acomodada, que puede permitirse el lujo de dedicarse a escribir. Aunque la generalización no es valida, y a medida que pasa el tiempo los escritores tienen más recursos (la docencia, el periodismo) que permiten a cualquiera acceder a la literatura.
15Tabucchi13/11/2012 06:34:25
Cual cree usted es el escritor que se ha dejado de lado en el boom siendo opacado por las grandes figuras literarias que se mantienen con el pasar del tiempo?.
Se podría citar a Juan José Sáez, un escritor argentino que ha vivido toda la vida en Europa. Es muy leído y muy conocido, pero el esa época pasó desapercibido. Salvador Garmendia, venezolano, también fue muy leído en esos años y después no sé qué pasó. Siempre hay mucha gente que por una razón o por otra no amanece en el momento exacto. Una de las particularidades del ‘boom’ es que los escritores crean sus precursores y también crean, de algún modo, sus contemporáneos.
16Dra. Elisa María Sosa 13/11/2012 06:37:27
Sr. Harss: Mi formación universitaria estuvo determinada por el auge del Boom en Europa: cátedras de los mismos autores, seminarios pluridisciplinarios, tesis doctorales, etc. Podría enriquecer esta perspectiva y el papel de los universitarios de entonces en el fenómeno del Boom?
El papel de las universidades fue muy elegante porque creó una nueva serie de oportunidades para profesores y cátedras, que hasta entonces no existías. El mantenimiento del ‘boom’ se hizo en las universidades. Estamops en una época en la que la cultura de café, de la vida cotidiana, se mantiene hoy en día gracias a los catedráticos, la gente educada, culta e intelectual. En el caso de mi libro, no hubiera repercutido nada si no hubiera sido por que en las universidades se utililzaba como libro de texto. Fue un libro que se covirtió en una especie de chuleta para universitarios.
17Manuel González13/11/2012 06:40:08
Estimado señor Harss, ¿Qué autores, a su juicio y con la perspectiva de los años, han soportado mejor el paso del tiempo? ¿Hay algún autor latinoamericano que, al no pertenecer al boom, ha sido infravalorado? Reciba un saludo cordial desde Córdoba.
Saltan inmediatamente a la vista Borges, que es el gran oráculo de todo y se ha traducido a todos los idiomas; el segundo lugar yo diría García Márquez, que alcanza esa magia curiosa entre realidad y fantasía. Esos dos son para mí quenes más influencia han tenido para los lectores de todo el mundo.
MENSAJE DE DESPEDIDA
Quería añadir que hay una distinción entre el ‘boom’ y la ‘nueva novela’, que comienza en los años 30 o 40. Me parece extraordinario y me emociona que en España siga habiendo tanto interés por los escritores de esa época. España tuvo la generosidad de adoptar a esos novelistas como propios, y me atrevo a decir que estos escritores interesan más en España que en Latinoamérica. Un abrazo a todos desde mi casa de Pennsylvania, donde vivo desde hace muchos años (estoy muy peleado con Argentina, y más ahora que han vuelto los peronistas). ¡Un placer charlar con ustedes!
